Una relación de negocios buena y sostenible requiere que ambas partes se mantienen satisfechos a lo largo de la relación.
De la misma forma, una negociación exitosa que conduzca a una relación sostenible requiere que ambas partes estén contentas con el resultado. Sin embargo, a medida que las partes inician una negociación, cada uno quiere obtener la máxima ventaja sobre su contraparte. La tensión y la agresión son comunes y el desequilibrio a menudo permanece en el acuerdo final. Eso es peligroso para una relación sostenible.
La facilitación ayuda a la realización de la negociación para lograr un escenario en el que todos ganan, manteniendo el orden, minimizando el efecto de las emociones y asegurando que siguen un proceso.
El facilitador actúa como árbitro, sin un interés personal en el resultado más allá de que sea satisfactorio para ambas partes. El facilitador mantiene el campo de juego nivelado.
Una reunión de resolución de conflicto, donde existe tensión desde el principio, es esencialmente una negociación que comienza desde un estado mental hostil. El deseo de castigar a la otra parte es un objetivo principal de una u otra de las partes.
La facilitación (similar al arbitraje) lleva las participantes por un proceso de resolución sin emociones ni preferencias para lograr un resultado satisfactorio para todos de una manera más eficiente y sin más antagonismo. Ayuda a cada parte entender la posición de la otra.