Después de graduarme en física en el Reino Unido, comencé mi carrera en la industria petrolera en 1981. Dos meses después de graduarme, me encontré en el sur de la Patagonia en Argentina con un par de botas, un casco, muchas expectativas y mucha ansiedad.
Nadie hablaba inglés, no había internet, los teléfonos no eran confiables y caros. Una carta tardaba más de dos meses en llegar desde Europa.
Recuerdo haber regresado al Reino Unido por primera vez para vacaciones después de una ausencia de casi dos años.
La vida en los campos petroleros era un trabajo duro, salvaje, emocionante y a veces peligroso. Después de la Patagonia, pasé períodos en las selvas de Bolivia, el remoto sur de Chile, el árido norte de Brasil, luego asignaciones en Venezuela, otra vez en Argentina, Holanda, Reino Unido, India, Emiratos Árabes Unidos, Angola, volví de nuevo a Brasil y finalmente terminé en España. Trabajé para dos multinacionales, cambiando de compañía solo una vez, a mitad de carrera.
Con cada asignación ascendí por la escalera corporativa pasando por puestos gerenciales, cubriendo operaciones, marketing y desarrollo de negocios, comercialización, gestión de activos, mejora de procesos,compras y contratos y gestión cuentas cliente/proveedor.
Con cada asignación, mi experiencia creció con los desafíos de trabajar en diversas culturas, la resolución de problemas operativos y contractuales, las negociaciones importantes y pequeñas y, por supuesto, el desafío siempre presente de hacer más con menos - la reducción de costos.
A lo largo de estos 38 años de negocios internacionales, las relaciones entre las personas y el funcionamiento de los equipos y las reuniones siempre me han interesado.
Reuniones, proyectos, iniciativas ... siempre grupos de personas hablando, discutiendo. Gente brillante, gente no tan brillante, gente agresiva, gente ambiciosa, gente ruidosa, gente tranquila, lo que sea.
Es sorprendente cómo las reuniones son un elemento tan esencial de los negocios, implican enormes gastos en tiempo y recursos (y costos), pero como herramienta, proceso o cultura en una empresa, reciben muy poca atención en términos del análisis de su productividad y la búsqueda de mejoras.
Entonces decidí dedicar mi "tercer capítulo" profesional a la consultoría, enfocado principalmente en ayudar a organizaciones obtener más eficiencia y productividad en sus reuniones, en adición a unas otras áreas muy específicas y especializadas.
Actualmente paso la mayor parte de mi tiempo hablando español (vivo en Andalucía, España) y, después de los años en Brasil y Angola, puedo manejarme lo suficientemente bien en portugués.